miércoles, 13 de diciembre de 2017

El motor que mueve al mundo.


La gente que sale con que el dinero fiat esta respaldado por un gobierno no suele entrar en mayor detalle simplemente porque no tiene idea de qué más podría decir además de lo "obvio" que ya dijo. La realidad es que el valor intrínseco de un billete es practicamente cero, porque una vez que te has hecho con la maquinita para imprimirlos, practicamente cero costaría generar un billete de cualquier denominación y en la cantidad que quisieras (con lo que amortizas de sobra el costo de la maquinaria y de la electricidad para operarla). Te harías rico con una inversión ridícula, si no fuera por el pequeño detalle de que vas a tener a un grupo armado en tu casa tarde o temprano si intentas hacerlo. Pues bueno, ahí tienen algo más que respalda el dinero fiat: las armas de los gobiernos. Pero a ningún economista le gustaría aceptar que su trabajo es básicamente justificar a un grupo de capos y trabajar para ellos. Por eso prefieren llamarlo "política monetaria". Pues si los hace sentir mejor, vale.

Ahora intenta generar un Bitcoin. Cualquiera puede hacerlo, si tiene suficiente paciencia y poder de cómputo. Pero verás que, a pesar de que nadie va a perseguirte ni castigarte por intentarlo (al contrario, la comunidad Bitcoin te agradece que lo hagas), tampoco te será fácil. Primero, vas a tener que comprar procesadores. Muchos. Y una vez que los tengas vas a tener que gastar continuamente electricidad para tenerlos funcionando. Eventualmente vas a minar un Bitcoin, y cuando lo vendas, apenas y vas a poder pagar por la electricidad que consumiste (si no es que no le sales incluso perdiendo). No basta con que gastes dinero en procesadores y electricidad, es que además, tienes que hacerlo de manera eficiente para que salga rentable. Así que ahí está, ese es el valor "intrinseco" de Bitcoin que por alguna (no tan) extraña razón el economista de los capos no termina de entender: Un Bitcoin representa el trabajo eficiente y honesto de una persona, que a continuación, lo intercambia con otra a cambio de un producto o servicio igual de eficiente y honesto.

Ahora vuelve a pensar en el dinero fiat: Cada mañana, las imprentas de billetitos se aceleran o desaceleran de acuerdo a los caprichos de algun político. Eso es lo que representa cada billete que tienes en la cartera: no trabajo honesto (ya no digamos eficiente), sino el simple capricho de un ser pequeño, estúpido e incompetente como solo un político sabe serlo. No sorprende entonces que el dinero fiat pierda constantemente su valor. No sorprende que en Venezuela, uno de los máximos exponentes de los caprichos y la imbecilidad burocrática, el dinero ya no valga nada. Menos mal que esto no es Venezuela, ¡o la república de Weimar! Pues sí pero, ¿por cuanto tiempo? La transición de una república a una dictadura es más rápida de lo que crees.

La realidad es que gobiernos y sus economistas alcahuetes estan cada dia mas preocupados, (fijate en todos los intentos que están haciendo China o EEUU para controlar y desprestigiar esta nueva tecnología que va en rumbo de colisión directo hacia ellos), y por buenos motivos. Si el dinero es el motor que mueve al mundo, un conjunto de monedas honestas para un sistema deshonesto se vuelve nada menos que revolucionario. Y si con esto no logramos cortarle la cabeza al Leviathan, al menos vamos a hacer que se retuerza de hambre. Comienza el final de las políticas monetarias.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Extraordinarios delirios populares y la locura de las criptomonedas.

En su libro "Extraordinary Popular Delusions And The Madness Of Crowds" (extraordinarios delirios populares y la locura de las multitudes), Charles Mackay explora la psicología de masas en distintos episodios de la humanidad que va desde lo hilarante hasta lo patético. No podía faltar la tulipmanía, la burbuja especulativa que se desarrolló en Holanda en el siglo XVII y que fue relativamente bien documentada por los cronistas de la época. La mayoría de la gente conoce la historia en lo general, pero es en lo particular donde se adquiere el verdadero significado de las cosas.

Evolución del precio de los bulbos de Tulipanes
(Poster de René Pronk)
La historia corta es la siguiente: Los tulipanes tuvieron un auge de popularidad cuando fueron introducidos en Holanda a finales del siglo XVI. En algún momento, un virus benigno hizo que algunos tulipanes contaminados presentaran diseños únicos y exóticos, lo que hizo que se volvieran flores codiciadas por los aristócratas, hasta lo razonable. Lo razonable empezó a diluirse cuando se empezaron a negociar contratos a futuro: Dado que los bulbos de Tulipan (que fueron el verdadero objeto de la Tulipmanía, más que la flor en sí) no se podían estar trasladando hasta que el bulbo floreciera (lo que podía tardar años) y llegara al consumidor final, fue que se crearon los contratos a futuro: alguien compraba al agricultor no el bulbo, sino los derechos sobre el bulbo (que ejercería al cuando este floreciera y llegara el momento de venderlo), que a continuación vendía a un tercero (con ganancia), que a continuación vendía a un cuarto (con ganancia), que a continuación... cada nuevo intermediario inflaba mas el precio, y el siguiente intermediario lo compraba solamente porque esperaba venderlo mas adelante a otro intermediario. El precio de un bulbo estaba superinflado incluso antes de llegar al comprador final, y la locura se mantenia por la fé que tenían los distintos intermediarios en que, llegado el momento, algun idiota millonario compraría el bulbo a un precio final del que saldrían las ganancias para sustentar toda la cadena de especulación. La burbuja duró tanto como el tiempo que tardaron los primeros bulbos super-exóticos en florecer: cuando llegó el momento de buscar los compradores finales que pagarían toda la histeria colectiva, descubrieron que el consumidor no es estúpido. Nadie va a vender una casa para pagar por una flor bonita, que era basicamente el único uso de los tulipanes cuando le quitabas el componente especulativo. Ahí fue cuando llegó la catastrofe. Masivamente intentaron vender los contratos a futuro, primero a un precio moderadamente bajo, y finalmente al precio que fuera: Quienes lograron deshacerse de sus contratos antes de que reventara la burbuja, ganaron grandes cantidades. Los que no, perdieron toda su inversión.

Quien hace una comparación de la tulipmanía con Bitcoin y demás criptomonedas no suele entrar en mucho detalle simplemente porque desconoce tanto la historia de la tulipmania como la tecnología detrás de Bitcoin. Desde luego que hay coincidencias preocupantes:

1. Un aumento explosivo en la demanda (y por lo tanto en los precios). 2. Gente que se endeudó más allá de su capacidad de pago con la esperanza de que recuperaría más de la inversión (sin una garantía de que eso pasaría). 3. Falta de regulación gubernamental. 4. Optimismo generalizado sobre el futuro. 5. Escasez del producto (recordemos que no fueron los tulipanes comunes los que dieron pie a la euforia, sino variedades raras cuyos únicos bulbos disponibles en muchas ocasiones podían contarse con los dedos de la mano).

Pero también hay diferencias fundamentales entre la tulipmanía y Bitcoin:

1. La mayor parte de la especulación en el precio de los contratos a futuro en los bulbos se dió fuera del mercado final. Parte fundamental de la locura especulativa fue la cadena de intermediarios que no tenia información real sobre cual sería el precio final del bulbo una vez llegara al último eslabón (el consumidor). Bitcoin en cambio es un activo que se compra y vende directamente, sin intermediarios. Toda persona que adquiere Bitcoins está adquiriendo el producto final, es decir, en todo momento hay seguridad de que el consumidor final está dispuesto a pagar por el producto.

2. Los bulbos y tulipanes eran mercancías extremadamente efímeras, las personas que se involucraon en ese negocio sabían que, le fueran a sacar ganancia o no, tenian que deshacerse de sus contratos tan pronto como pudieran; de ahí que la burbuja reventara a la primera señal de peligro. Bitcoin es en esencia eterno, y por mucho que lo compres a un precio inflado y este caiga, no tienes prisa por venderlo (HODL), de modo que puedes esperar a tiempos mas propicios para vender en lugar de abandonarte a la locura.

3. La única utilidad de un contrato de futuros sobre el bulbo era el retorno sobre la inversión, es decir, la posibilidad de venderlo a mucho mas dinero del que lo compraste. En el momento en que el ROI bajó de cero, todo se desplomó. Bitcoin es un instrumento atractivo para muchas personas incluso con un ROI negativo por una sencilla razón: ningún asqueroso gobierno puede meterle mano. Y si no sabes lo valioso que es eso es porque tienes la fortuna de no vivir ni en un infierno fascista ni en un paraíso socialista.

4. La tulipmanía fue una burbuja en constante crecimiento hasta que llegó al punto de saturación de mercado y colapsó subitamente. Bitcoin ha llegado a perder el 40% de su valor e incluso pasar años con rendimientos mayoritariamente negativos, lo que no ha evitado que aumente poco a poco la demanda. Esto es particularmente importante: Quien hace comparaciones de Bitcoin con la tulipmania evita mencionar que las condiciones para una explosion de burbuja y fin de Bitcoin ya se han dado muchísimas veces, suficientes como para que alguien haya decidido llevar registro de las veces que se ha declarado muerto a Bitcoin.

En resumen, comparar Bitcoin con Tulipanes es absurdo. Por más que los haters digan que Bitcoin no tiene ningún valor intrínseco, la realidad es que Bitcoin tiene valor por su capacidad comprobada para saltar bloqueos gubernamentales e institucionales, la seguridad de su protocolo, su potencialmente infinita divisibilidad, la capacidad de mantener el anonimato (o al menos dificultar el rastreo) y la facilidad de transferirlos. Ninguna moneda o valor refugio habia ofrecido antes todo eso. Son las ventajas tangibles del Bitcoin las que le permiten que exista un mercado. Que actualmente el precio está inflado para el mercado que ralmente existe para BTC es algo perfectamente posible, y las correcciones de mercado no son nada raro para cualquiera que lleve algunos meses siguiendo el desarrollo de la criptomoneda. Bitcoin aún puede fallar, nadie pone en duda eso. Pero lo hará si una alternativa mejor y más eficiente logra arrancarle su lugar, y eso ya no tendría nada que ver con burbujas, sino simplemente con el mercado eligiendo el producto más óptimo. Si se quiere atacar Bitcoin, forzosamente tiene que ser desde el nivel técnico y no con comparaciones simplonas. Ahora que si se quisieran hacer comparaciones, el periodo historico que ofrece mayores similitudes con el Bitcoin es la Fiebre del oro y la expansión hacia el oeste en los EEUU. Pero de eso hablaremos en otra entrada.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Y AC dijo: "¡Hagase Blockchain!"


Isaac Asimov siempre fue optimista respecto al futuro. En uno de sus cuentos cortos (y uno de los mejores), "La Ultima Pregunta", Asimov juega con la idea de qué tan pequeña y poderosa puede hacerse la tecnología. Multivac, la mas grandiosa computadora que construyera la humanidad, ocupaba al principio cientos de km cuadrados. Sus cálculos ayudaron a resolver el problema del viaje por el hiperespacio y con ello la humanidad pudo evantualmente poblar todo el universo. Con el tiempo Multivac se logró reducir a varios edificios, luego se empezó a mejorar a sí misma y logró que cupiera en una habitación. Finalmente, en algún momento dejó de existir fisicamente: multivac se "mudó" al hiperespacio, un lugar compuesto por dimensiones adicionales a las 3 que el ser humano puede detectar. La única manifestación física que quedó de ella fueron los receptores desde los cuales Multivac podía escuchar a los humanos cuando acudían buscando la solución a algún problema. "La mayor parte está en el hiperespacio. Ignoramos qué forma haya tomado ahí".

Puede parecer inverosímil que algo "físico" deje de ser físico, pero no hace falta rascar demasiado para encontrar ejemplos reales. Hace 1000 años, cualquier riqueza forzosamente tenía que "existir" de alguna manera. Incluso cuando el dinero se resguardaba y se cambiaba por una libreta contable (cosa que ya se hacía desde Babilonia), podías rastrear el origen de esa riqueza hacia algo concreto y tangible. No habia en el mundo un solo objeto de valor que estuviera desprendido de cualquier atributo físico. ¿Como podría haberlo?

¿Pero qué son las acciones de google? ¿Puedes mostrarme una? ¿Puedes tocarla o decirme donde está? ¿Como podrías explicarle a un Babilonio que 100 mil acciones de google te hacen asquerosamente rico? ¿qué produce google? Internet ha creado un lugar donde existe una increible cantidad de cosas valiosas, pero si lo piensas bien, todo esto de internet debería de darnos un poco de miedo por la complejidad de lo que hemos creado. Podemos como humanos ver la manera como la riqueza de internet se manifiesta en nuestras tres dimensiones, pero el "ciberespacio" se ha convertido, para fines prácticos, en una nueva dimension, perfectamente adaptada a las máquinas, no a los humanos. Inteligencias artificiales viviendo dentro de memoria RAM hacen a diario millones de operaciones en mercados financieros, sin ninguna supervisión humana. Cada día generamos más objetos valiosos con cada vez menos atributos físicos.

Con Bitcoin hemos dado un paso más. Antes la gente resguardaba el oro y este ha sido durante miles de años el valor refugio por excelencia. Pero el oro es difícil de transportar y de manejar, es caro resguardarlo, es riesgoso mantenerlo, y es increiblemente difícil transferirlo. BTC es el resultado de haberle quitado al oro todos sus atributos físicos y dejado solamente aquello que le daba valor. BTC es oro digital, un activo increiblemente valioso que puedes enviar al otro lado del mundo instantaneamente, con un costo de transferencia ridículamente bajo y con absoluta seguridad. Que puedes minar tu mismo simplemente haciendo cálculos. Bitcoin no vive en internet. Si un dia el gobierno apagara internet, podriamos continuar realizando transacciones en BTC mediante señales radiofónicas. Bitcoin no vive en las computadoras. Si un dia estas desaparecieran, podriamos seguir minando bitcoins con lapiz y papel y continuar trabajando con la blockchain. ¿Donde vive Bitcoin entonces? La respuesta es: en ningún lugar. Desde el momento en que Satoshi Nakamoto creó su withepaper, bitcoin apareció, existe en todas partes y para cualquier persona. Su respaldo no es ningún gobierno, institución, persona, o valor físico. Su respaldo es la criptografía y las leyes de la matemática, inmutables e incorruptibles. Existen 21 millones de Bitcoins, pero hasta ahora solo hemos logrado minar 16 millones. Nadie en este momento (ni siquiera el mismo Satoshi) puede disponer de los otros 5. ¿Dónde están esos otros 5 millones? Escondidos. ¿Escondidos por quién? Por las matemáticas.

Bitcoin no es algo físico. Es una idea, un algoritmo. Por eso comprendo perfectamente que la mayoría de la gente lo mire con desconfianza y no entienda cómo es que puede ser tan valioso. Pero la sociedad funciona así: las cosas son como son... hasta que dejan de serlo. Y una idea que para una generación es totalmente antinatural y extraña, para una nueva generación ya es el orden natural de las cosas. Nuestros nietos se preguntarán como es que pudimos vivir sin blockchain.