viernes, 8 de julio de 2011

Mis enemigos.


Hace más de 6 años tuve un profesor de filosofía que afirmaba que la naturaleza había sido cruel con el ser humano, que lo había mandado al mundo sin armas. Siempre que podía hablaba mal de la ciencia (la mayoría de las veces con argumentos infundados) y mencionaba mucho a Kant. Desde luego yo nunca había leído a Kant, pero sabía (o más bien sentía) que su razonamiento no estaba bien. Si teníamos nuestro cerebro, el superlativo producto final de la evolución, con el que conquistamos la tierra, el aire, el mar y el espacio, ¿como podía decir que la naturaleza no nos dió armas? En ése momento, al profesor le concedí la mejor evaluación que le podía conceder: que su desprecio a la ciencia y al hombre se debía simplemente a la ignorancia, que no era del todo su culpa.

Hace más de un año y medio tuve un ser querido que se inició en el hábito de fumar, me dijo "tengo una buena razón para hacerlo". Yo sabía (o más bien sentía) que seguramente tenía una razón, pero que no era una buena razón. Por ese tiempo escribí en éste blog:

"Es triste que nuestra sociedad "civilizada" este compuesta en su mayoría de gente incapaz de diferenciar un axioma de una razón, pero lo que es aún mas triste, es que mucha de esta gente lo hace porque prefiere olvidar su lugar en la naturaleza (el de un ser pensante capaz de romper sus cadenas y trascender a su entorno) y comportarse como idiota para poder seguir el camino fácil."


En ése momento, a esa persona le concedí la mejor evaluación que le podía conceder: que estaba confundida, que no era del todo su culpa.

Hace más de un año amé a una persona que afirmaba que estamos sujetos a ciertos deberes morales, aunque sin explicar nunca por qué esos deberes, y no otros, debían ser obedecidos. Decía constantemente "uno es como es", dejando implícito que el ser humano a partir de cierto momento de su vida (si no es que desde el nacimiento) se convertía en un ser de mente seca, que ya no podía de ninguna manera ser mejor, aunque lo quisiera. Yo sabía (o más bien sentía) que lo suyo era un pretexto, pero no me quedaba claro qué era lo que intentaba justificar. En ése momento, a esa persona que amaba le concedí la mejor evaluación que le podía conceder: que su educación le había implantado ideas falsas sobre lo que es la vida y la moral, que no era del todo su culpa.

Hace más de seis meses conviví y tuve la oportunidad de ver la filosofía de un profesor que creía que los intereses individuales deben subordinarse a los intereses generales, que es una obligación moral del que tiene más ayudar a los que tienen menos, y que en caso de no hacerlo, la violencia puede llegar a ser un recurso válido para llevar las cosas a donde deben ir, es decir, al socialismo. Yo sabía (o más bien sentía) que su razonamiento no era el correcto y que la mejor prueba era el colapso de la URSS, pero ¿como saber que todo el poder que adquirió Stalin no era una simple consecuencia de la mala suerte? En ese momento le concedí la mejor evaluación que le podía conceder: que era idealismo lo que le hacia pensar tal cosa, que no era del todo su culpa.

Hace un mes descubrí el objetivismo, y entonces los entendí a todos:

El profesor de filosofía era el clásico Kantiano: aquél que afirma que la razón es inútil, que el hombre es un ser pequeñito y tonto, como él mismo. Que nuestra más grande arma, el cerebro humano, es en realidad un bodrio divorciado de la realidad, incapaz de ponernos por encima de los demás animales. Que no hay tal cosa como un ser heroico en cada uno de nosotros. Que la moral pertenece exclusivamente al ámbito de la fe (y que por lo tanto no puede ser explicada mediante la lógica) y que, dado que no existe el conocimiento objetivo, lo mejor es negar la realidad, y con ello, negar la ciencia. Un hombre que está honestamente convencido de que no puede encontrar respuestas, y por lo tanto no siente la necesidad de buscarlas.

Que el ser querido que comenzó a fumar lo hizo para poder pertenecer a un grupo. Que quería pertenecer a un grupo y seguir sus reglas (lógicas o no) para obtener a cambio aprobación, y con ello protección contra la individualidad que lleva necesariamente a la temida área del pensamiento abstracto.

Que la persona que amaba había decidido quedarse con su código moral implantado para no tener que preguntarse nunca ¿por que? y ¿para que?. Que había decidido quebrar su ser en dos partes que en adelante estarían siempre en conflicto, estorbandose una a la otra: el cuerpo y la mente. Y es que a pesar de ganarse la vida con el método científico, y usándolo para trascender en el mundo físico, en el plano moral era un niño que decidió mandar al diablo dicho método y nunca hacer preguntas, que había sido criado bajo el constante bombardeo de "debes" inexplicables, inmotivados, arbitrarios, contradictorios. Que había perdido la capacidad para captar la distinción entre la necesidad realista y los caprichos humanos.

Que el profesor defensor del socialismo estaba lejos de ser un idealista. Su doctrina no era la de alcanzar la grandeza de la raza humana, sino hacerla regresar al nivel de los animales. Que lo que buscaba no era enaltecer al hombre, sino darle consuelo al idiota y al lisiado arruinando la vida de aquellos que habían nacido con más capacidades que ellos. Una persona tremendamente resentida con el talento en cualquiera de sus formas, queriendo hacer pagar a los inteligentes por el simple hecho de serlo. Enarbolando la bandera del socialismo (y su base filosófica, el colectivismo), el profesor estaba dispuesto a regresar a las cavernas con tal de que no existiera gente que se ganara la riqueza. ¿La justificación? Cualquier cosa que te ganas por tus propios medios es según él, inmoral, y solamente aquello que no te has ganado ni mereces puedes aceptarlo sin culpa.

¿Que tienen en común todos ellos? Que son seguidores de Kant. Abandonaron la razón y eligieron su bando: el de el odio al ser humano y su mente. Lo más bajo de la especie humana ha salido siempre de ése bando, desde Nerón y la Inquisición hasta Hitler y Stalin. Son los paladines del subjetivismo, los destructores del mundo. Ya no lo siento, lo sé: ésos son mis enemigos.

lunes, 4 de julio de 2011

Lecturas para las vacaciones.

Lo que fuí leyendo éstas vacaciones. No tiene pérdida.

- La Rebelión de Atlas (Ayn Rand) >> Listo

Una novela de ficción que muestra a la mente humana como el motor que mueve y sostiene al mundo y al hombre, de la peligrosidad de las doctrinas colectivistas, de la vacuidad de algunos sistemas morales. De la felicidad como el mayor propósito moral del hombre y la razón como unica forma de alcanzarla. Mi libro favorito, por mucho.

Calificación: 10


- Guerra Mundial Z (Max Brooks) >> Listo

Una crónica de ficción. Visión apocalíptica sobre una epidemia de zombies a nivel mundial. Lo que funciona y lo que no funciona. No hay mucho más que decir al respecto. Sus ideas básicas se resumen fácilmente y el resto es interesante no por el contenido, sino por la forma de presentarlo. Es lo que en cine llamariamos película dominguera.

Calificación: 7


- El Manantial (Ayn Rand) >> Listo.

Siguiendo la linea de La Rebelión de Atlas, el manantial es la historia de un arquitecto que se mantiene fiel a sus ideales pese a tener a todo un mundo en contra. Mientras que La Rebelión de Atlas muestra los efectos de las mentes creadoras en el mundo, y las consecuencias de su ausencia, El Manantial muestra la visión de dichas mentes desde adentro.

Calificación: 9


- El Manifiesto Romántico (Ayn Rand) >> Listo.

Escrito filosófico que intenta dar una nueva visión del romanticismo, no como un movimiento cultural centrado en los sentimientos, sino en la grandeza del hombre y su mente, mostrando al individuo como lo que podría y debería ser, denunciando en el proceso otras posturas filosóficas como el naturalismo. Yo siempre habia creido que la filosofía era una mugre inútil, pero es que lo que siempre me presentaron como filosofía ahora descubro que no era tal. Primer libro de filosofía que disfruto.

Califiación: 9


- Himno (Ayn Rand) >> Listo.

Novela breve que muestra la lucha de un individuo en una distopía producto de una sociedad que ha degenerado en el colectivismo, donde la palabra YO no existe y el hombre vive en un estado de vacío cultural y tecnológico, producto no de su rechazo a la ciencia, sino del rechazo a la individualidad y enaltecimiento a la inferioridad y mediocridad en el individuo. Se lee en una tarde.

Calif: 8.5


- Filosofia: ¿Quien la necesita? (Ayn Rand) >> En proceso.

- Capitalismo, el Ideal Desconocido (Ayn Rand) >> Pendiente

- Noventa y tres (Victor Hugo) >> Pendiente

En lo que la leo, que les dé su opinion Ayn Rand :)

"La historia de Hugo no está pensada como medio de presentar la Revolución Francesa; la Revolución Francesa es usada como medio para presentar su historia.
No se trata de un código específico de valores lo que le interesa aquí, sino la abstracción más amplia: la lealtad del hombre hacia sus valores, cualesquiera sean sus valores particulares. Aunque la simpatía de Hugo es obviamente para con el bando republicano, él presenta a sus personajes con impersonal distinción, o mejor aún, con una imparcial admiración otorgada equitativamente a ambos bandos del conflicto. En grandeza espiritual, intransigente integridad, coraje sin titubeos y despiadada dedicación a su causa, el viejo Marqués de Lantenac, el líder de los realistas, es el paralelo de Cimourdain, el exsacerdote que se transformó en líder de los republicanos (y quizás, Lantenac es superior a Cimourdain, en cuanto a color y el poder de su caracterización).
La simpatía de Hugo hacia la alegre, tumultuosa exuberancia de los soldados republicanos es equiparada por su simpatía hacia la triste, desesperada obstinación de los campesinos realistas. El énfasis que proyecta no es: "¡Por cuán grandes valores luchan los hombres!" sino: "¡De qué grandeza son capaces los hombres cuando luchan por sus valores!"."

- El Manifiesto Romántico.