martes, 14 de febrero de 2012

El sistema mas inmoral del mundo.

Siempre que discuto con un estatista, socialista o comunista en internet (ya sé, no puedo evitarlo) su argumento final es siempre algo como "eres un robot sin sentimientos, sin ningún respeto por la vida humana". A lo mejor tienen razón y realmente es lo que somos los defensores del libertarismo: unos cerdos rapaces, unos robots egoístas e inmorales sin respeto por nada y por nadie. A lo mejor el libertarismo realmente es algo malo,  me pongo a pensar.

El libertarismo se basa en un único axioma: el de que cada ser humano es dueño de su propia vida. La vida no puede existir en el vacío, requiere algo físico a lo que podamos dar el adjetivo de "vivo". Es decir, antes que cualquier otra cosa, la vida requiere un cuerpo físico.

Por lo tanto, soy dueño de mi cuerpo.

Pero pensar es una consecuencia directa de tener un cuerpo, porque somos seres humanos y la naturaleza le dio al hombre su cerebro; del mismo modo, si quiero mantener mi cuerpo, necesito pensar. Una persona en una isla desierta que un día se negara a pensar, no tardaría en destruir su cuerpo mediante el acto irrevocable que es la muerte. El uso de la mente es entonces equivalente al del propio cuerpo, y si mi cuerpo me pertenece, entonces también lo debe hacer mi mente.

Por lo tanto, soy dueño de mi mente.

Pero pensar no es suficiente. Un ser humano requiere algo más que imaginar el acto de cazar o comer. Para vivir, el hombre necesita actuar. La producción es el resultado de la capacidad del hombre de pensar, o sea, de su capacidad de vivir. En el momento en que tomo unas ramas y hojas y las reacomodo de tal manera que crean un espacio libre en el centro, aislado del exterior, convierto esas hojas y ramas en una extensión de mi piel. En el momento en que saco filo a un palo y lo convierto en estaca para pescar, convierto ese trozo de madera en una extensión de mi brazo. En el momento en que pulo un pedazo de vidrio de cierta forma que me permite ver más lejos que mi capacidad usual, convierto esa lente en una extensión de mis ojos.  Lo que hay en la naturaleza no es de nadie, pero en el momento en que tomo un objeto de la naturaleza y lo transformo para satisfacer una necesidad, pasa a ser extensión de mi cuerpo y de mi mente. Y por lo tanto, pasa a ser una extensión de mi vida.

Por lo tanto, tengo derecho a aquello que produzco.

El derecho al cuerpo, a la mente, y a la propiedad, son entonces consecuencias directas del derecho a la vida. Afirmar que alguien no tiene derecho a alguno de esos tres, es equivalente a afirmar que esa persona no tiene derecho a su vida. La negación de uno de estos tres derechos acerca al ser que la sufre un poco más a la muerte. Cuando encadeno a un ser humano y no le permito transformar y actuar, le impido seguir vivo. Cuando le hago una lobotomia y no le permito pensar, le impido seguir vivo. Cuando lo privo de su cuerpo dañandolo, le impido seguir vivo.

¿Quien podría ser tan depravado como para hacer tal cosa?

Los religiosos: Ellos te dicen que tienes derecho a producir, pero dado que la creación del mundo en 7 días no puede ser aceptada mediante el uso de la mente, debes renunciar a ella. Un religioso te dice que no tienes pleno derecho a tu mente, o sea, que no tienes pleno derecho a tu vida. Por otro lado, tampoco te dan pleno derecho a tu cuerpo. Ellos dicen que gozar es inmoral, que tu cuerpo no está hecho para hacerte feliz. Pero el goce es la manifestación física de la alegría del cuerpo. Gozar es vivir, y cuando ellos te hacen ver el goce como un pecado, te están diciendo también que vivir es pecado.

Los estatistas: Los defensores del estado te permiten usar tu mente y tu cuerpo tanto como quieras, pero el producto de ambos, o sea, aquello que produces, no te pertenece del todo. Mediante los impuestos, el estado te obliga a renunciar a parte de lo que produces para alimentar a otros que no han producido nada (politicos), para violentar el derecho a la vida de otras personas no pertenecientes a su gobierno (guerra), o para redistribuirlo entre gente allegada a dicho gobierno (políticos y empresarios corruptos). El gobierno te dice que no tienes pleno derecho a tus propiedades, o sea, que no tienes pleno derecho a tu vida. Al condicionar tu plena libertad al pago de un tributo físico (pues eso son los impuestos: un tributo), vivimos pagando permanentemente un chantaje: desprendernos de parte de nuestra vida, para que no nos la quiten ellos de manera violenta.

Los comunistas: Ellos te dicen que tienes derecho a tu mente, pero no a tus propiedades. Aquello que produces no te pertenece, pertenece a todos. Luego, también le pertenece a todos tu cuerpo y tu mente. Por lo tanto, lo que afirma el comunista es que tu vida no es tuya, sino del colectivo. Y si el colectivo decide que tu vida debe ser sacrificada, que así sea.

Ésta gente es la que nos tacha de inmorales y egoístas. Esa gente, que considera prescindible a un ser humano y a traves de la historia lo ha mandado a sufrir y morir, siempre bajo el pretexto de actuar bajo los designios de un poder superior: Dios para los religiosos, la patria para los estatistas, y el bienestar público para los comunistas. Esa gente es la que nos acusa a nosotros de odiar a los seres humanos.

Si nosotros, que concedemos al ser humano un derecho básico que no puede serle arrebatado sin importar cuantos Dioses, naciones o personas lo reclamen para sí, reconociendole a cada individuo el valor superlativo que es su propia vida, si nosotros somos los inmorales...

¿en qué nivel moral está esa gente?