martes, 30 de noviembre de 2021

Masculinidades frágiles en Camelot

 
El mito del rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda suena a puros hombres muy machos y todo pero en el fondo habla de masculinidades frágiles y sus consecuencias.
 
De acuerdo a las teorías desarrolladas a partir del trabajo de Carl Jung, la psicología masculina puede representarse por cuatro arquetipos que de manera muy resumida* son estos:
 

El Rey, centro y origen del poder que mantiene el orden en el mundo, "el primer padre de la primera tribu". Da a cada cual lo que le toca y ayuda a su gente a alcanzar su máximo potencial.
 
El guerrero, quien reparte palos y es basicamente una fuerza de destrucción, pero cuando actúa alineado con el Rey, se vuelve una fuerza de destrucción creativa que encamina la energía hacia un propósito noble: lucha implacablemente contra todo lo que es malo y protege con su vida todo lo que es bueno.
 
El sabio: Poseedor de conocimientos arcanos y buscando siempre entender las causas últimas de las cosas. El que conoce y lleva a cabo los ritos de iniciación para que los demás puedan pasar a la siguiente etapa de su viaje.
 
El amante: No solamente es el arquetipo que ama genuinamente a la mujer, sino que en general ama todas las fuentes de belleza en el mundo: la mujer, el arte, la naturaleza, el ser humano, Dios.
 
Bueno, long story short, en Camelot está Arturo que es obviamente el arquetipo del Rey. Lancelot (el Guerrero) el mejor y más fuerte caballero y absolutamente leal a Arturo. Merlin (el Sabio) que ayudó a Arturo a convertirse en rey y conducirse con sabiduría, y basicamente cada caballeros en Camalot representa el amante, porque de inicio todos aman a Dios y se aman entre ellos, pero luego Lancelot también empieza a amar las cualidades de Ginebra, que estaría muy bien si no fuera por el hecho de que Ginebra es la reina, y Arturo por otro lado en su faceta de amante de la mujer va y tiene un hijo no de Ginebra, sino de su media hermana, Morgana (WTF).
 
Por otro lado el amor que tiene por Ginebra hace a Lancelot abandonar su lealtad al rey, cuando su arquetipo TIENE que estar alineado con el rey y sus propósitos nobles porque de otro modo se convierte en un arma de destrucción masiva, cosa que en efecto sucede. El Sabio (Merlin) ya ni siquiera está cuando se arma el merequetengue, y al final el amor prohibido y la falta de alguien que sea la voz de la cordura provoca una guerra civil donde el hijo de Arturo usurpa el poder (es decir, el Rey no tiene ya suficiente fuerza para seguir siendo Rey y una nueva figura más oscura toma su lugar), soborna a los reinos vecinos para que lo defiendan y se vuelve un tema de todos contra todos. Al final, practicamente todos los caballeros mueren en esta guerra civil o poco despues, Arturo incluido, lo que marca el fin de Camelot como un centro de paz, justicia y orden. Nada mal para un reino compuesto por los mejores y más nobles caballeros que el mundo hubiera visto.

El mito artúrico no es una historia para niños, ha sobrevivido al paso del tiempo porque apunta a algo mucho más profundo y primigenio. Los arquetipos no representan personas específicas, sino símbolos universales, y los mitos no hablan de lugares que haya que ir a buscar en alguna misteriosa costa oculta más allá del mar, sino dentro de nosotros mismos, oculta, eso sí, por las nieblas del subconciente.
 
Camelot es pura testosterona, representa toda esa energía masculina que se encuentra dentro de cada uno de nosotros: la capacidad de traer orden y crecimiento a traves de la fuerza (gente espantada favor de irse a otro post a leer sobre los beneficios de la soya o algo). Sin embargo, para que esta energía no se convierta en lo que en épocas actuales se ha tenido a bien llamar masculinidad tóxica, todos los arquetipos deben estar alineados. Cuando Merlin, Arturo y Lancelot lo estaban, hubo paz y crecimiento en Camelot. Cuando dejaron de estarlo, Camelot fue destruido, pero no por enemigos externos: Camelot primero se derrotó a sí mismo (durante la guerra de Arturo vs Lancelot) y entonces pudo un enemigo externo (los reinos vecinos a los que Mordred dio entrada) llegar a terminar el trabajo. Lección importantísima para chicos y grandes: nadie te puede derrotar, mientras no te derrotes primero a ti mismo.
 
Cuando los arquetipos de la personalidad masculina no se desarrollan de una manera adecuada, pasa lo que pasó en Camelot: No hay un eje rector que alinee todas las energias hacia objetivos nobles, el amor no se dirige hacia las personas correctas, la violencia se libera de manera descontrolada y autodestructiva, lo que eventualmente escapa hacia el exterior. Surgen las neurosis: hombres violentos que en el fondo son solo hombres débiles (del mismo modo que Camelot terminó indefenso cuando su propia violencia se desbocó), donjuanes que van por la vida intentando "amar" a cualquier mujer menos aquella con la que se comprometieron, tontos que no son capaces de tomar decisiones correctas por si mismos.
 
Un hombre completo es una fuerza poderosísima, basta ver el papel que jugó Rodrigo Diaz, el Cid, tanto en la historia como en el imaginario colectivo.**
 
Un hombre incompleto por el contrario es peligroso, para sí mismo y para otros. La figura trágica y hasta patética de Arturo y sus caballeros muestra lo rápido y fácil que se puede derrumbar un hombre cuando en el reino y fortaleza que es su mente se le permite asentarse y crecer al conflicto desde el mismo núcleo.
 
* A quien quiera profundizar en estas teorías puede consultar el libro "King, Warrior, Magician, Lover: Rediscovering the archetypes of the mature masculine" de Rober Moore y Douglas Gillete. 
** Una muy agradable introducción a este personaje puede consultarse en cómodo formato de novela en "Sidi", de Arturo Perez-Reverte)

miércoles, 14 de julio de 2021

Jesus era un punk

Las costumbres e instituciones sociales son importantes. Representan un refinamiento continuo a través de prueba y error de millones de individuos durante miles de años. Las reglas que hoy son normales, alguna vez fueron propuestas radicales y peligrosas. Lo anterior lleva a una dualidad: es importante seguir las reglas, pero es también importante ponerlas a prueba y transgredirlas de vez en cuando. Seguimos las reglas para mantener andando esta madre conocida como sociedad. Las transgredimos para renovarla y refrescarla. 

Pero incluso los que dicen "fuck da rules" y se hacen los pelos de piquitos no saldrían con el pito de fuera en un día caluroso. Hay reglas que están ahí desde hace 10 mil años y simplemente no van a cambiar pronto. 

¿Cómo saber cuándo está bien decir "que te valga madres"? La respuesta, por construcción, no puede venir desde las propias reglas que vas a transgredir, sino desde fuera, pero al mismo tiempo, no es una decisión que se pueda tomar independiente de la regla. Debemos buscar la utilidad y el propósito original de éstas y evaluar 1. si siguen aplicando 2. cuál es el costo de transgredirlas y 3. si estamos dispuestos a aceptar el costo. Nuestro deber moral es romper las reglas cuando estas han perdido el valor y propósito que alguna vez tuvieron. 

Incluso la biblia, asociada a una institución esclerótica y rígida como la iglesia católica, reflexiona mucho sobre la relación compleja y paradójica entre el respeto por las reglas (en este caso las mismas reglas de Dios, imaginate) y la oposición a dichas reglas a través de la acción creativa. El mismo Jesús era un transgresor, y a los religiosos espantados parece no hacerles ruido la idea de este men entrando al templo a sacar a los mercaderes a barazos. En otra ocasión, cuando durante uno de sus paseos ve a un hombre que está trabajando en el día de descanso le dice "Hombre, si en verdad sabes lo que haces, eres bienaventurado, pero si no sabes lo que haces, eres desventurado y además un transgresor de la Ley". O sea que incluso la biblia te invita a, de vez en cuando, romper las reglas y ser un maldito punk sin temor a Dios, pero eso no te lo van a decir los padrecitos en la misa los domingos.

(protip: entre más te alejas de la iglesia como institución, más puedes acercarte a los verdaderos orígenes de la espiritualidad de Occidente, que contienen mucha sabiduaría práctica, igual que el resto de las religiones del mundo) 

El romper las reglas para mantener saludable a una sociedad es algo tan necesario para el ser humano que hasta evolutivamente parece haber sido programado en nuestros cerebros. Se llama adolescencia y es cuando la mayoría de nosotros quiere romper todo. Es la edad en la que ponemos en duda cada regla y cada verdad que nos dijeron (excepto lo de no salir con el pito de fuera, curioso). Y es así como descubrimos (la mayoría de las veces por las malas) por qué las reglas estaban ahí. 

No es que la mayoría de adultos se vuelvan conservadores porque la sociedad aplasta sus sueños e ilusiones. Se vuelven conservadores porque maduran y entienden (de manera más o menos consciente) por qué las cosas son como son, y la necesidad de que lo sigan siendo para que la siguiente generación pueda apalancarse de los logros del pasado (que son inmensos). La experiencia y la realidad práctica termina pesando más que el potencial y las promesas y los adultos se vuelven (en su mayoría) los guardianes de las reglas, mientras la siguiente generación se vuelve la nueva transgresora, empujando y retando dichas reglas en un intento de llevarlas a una nueva dirección más justa y alineada con los valores actuales. El ciclo de renovación comienza de nuevo. 

En resumen, no juzgues con demasiada dureza al hijo adolescente o a los padres boomers. Y no denigres a la ligera ni las instituciones sociales ni el logro transgresor y creativo.

jueves, 17 de junio de 2021

Las cosas ya eran así cuando llegamos

Una de las muchas cosas bonitas que me enseñó la carrera de matemáticas es lo mucho que dependemos de nuestro contexto y lo extremadamente difícil que es salir de las ideas preconcebidas que existen a nuestro alrededor al momento de nacer, incluso cuando tienes toda la disposición a usar la lógica.

La geometría euclidiana, que se inventó hace más de 2000 años, se basó en 5 axiomas: verdades evidentes que no se demuestran. Sin meternos a demasiados detalles, el 5to axioma pareció desde el principio a los geómetras poco intuitivo e incluso innecesario, y muchos intentaron demostrarlo a partir de los otros 4 para simplificar la lista, pero nunca tuvieron éxito.

Entonces varios weyes dijeron "ok, ¿por qué no partir del supuesto de que el 5to axioma es falso (mientras dejamos los otros cuatro como están), y veamos como se despedorra toda la geometría que intentemos construir a partir de solo 4 postulados?" Si partiendo de solo 4 postulados llegaban a cualquier contradicción, eso era suficiente para mostrar que el 5to postulado merecía estar ahí.

Pero no se despedorró nada. Las cosas seguían teniendo sentido, de una manera bizarra y deformada, pero consistente, sin contradicciones. Algunos vieron eso y pensaron "esto es una mamada, no tiene sentido continuar por este camino", pero otros pocos dijeron "estamos ante algo nuevo e importante". Eran muy pocos, pero era suficiente: Había surgido la geometría hiperbólica.

Pero como toda nueva idea, no la tuvo fácil. Cuando apenas estaba empezando a tomar forma, la geometría hiperbólica inició una verdadera guerra civil entre la comunidad matemática: Se intercambiaron cartas de molestia, se lanzaron insultos y calumnias, se expulsaron académicos de los institutos y en casos muy extremos se abuchearon en los congresos (recuerden que eran matemáticos, tampoco se iban a agarrar a machetazos).

El punto aquí es que la mayoría no aceptaba la nueva geometría como una rama válida y legítima de las matemáticas, a pesar de que se basaba en los mismos principios que se basan todas las demás ramas: la lógica deductiva y el uso de sistemas axiomáticos.

Ochenta años después, Einstein usó la geometría hiperbólica como base esencial de su teoría de la relatividad. Para entonces, esta rama ya era usada y aceptada por toda la comunidad matemática.

En su libro "La Estructura de las Revoluciones 100tífikas", Thomas Kuhn plantea que el método científico no es más que whishfull thinking. Los científicos, como el resto de las personas, son unos necios irremediables, y más que ajustar sus teorías y opiniones a lo que observan, la mayoría de las veces intentarán hacer justo lo contrario: ajustar la verdad a sus teorías preconcebidas. En otras palabras, un científico se sentirá tan incómodo como cualquier hijo de vecino cuando le muestres evidencia de que aquello que defiende no es del todo correcto, ya no digamos si le dices que está obsoleto. 

[Abro paréntesis]

Cuando un científico les diga que es una persona objetiva, solo por ser científico, mándenlo a chingar a su madre.

[Cierro paréntesis]

La realidad, decía Kuhn, es que cuando surge un nuevo paradigma científico, triunfa no porque la comunidad científica lo analice y lo acepte. Simplemente, los científicos defensores del viejo paradigma (que serán mayoría y cerraran filas para defender la ciencia que ellos conocen) comienzan a morirse, y la nueva generación de científicos, que nacieron conociendo (aunque no necesariamente aceptando) el nuevo paradigma, y a quienes ya no se les hace algo totalmente ajeno y alienígena, terminarán por darle su lugar y aceptarlo como algo natural y evidente.

Al día de hoy, la geometría hiperbólica es una materia más del plan de estudios de matemáticas, al igual que la geometría clásica (euclidiana). Cuando entramos en la carrera, aceptamos con naturalidad la existencia de varias geometrías que surgen de cambiar los supuestos desde los cuales partimos. Lo aceptamos con naturalidad, no porque seamos una generación de genios o porque tengamos la mente mas abierta hoy que hace 200 años. Sencillamente, la geometría hiperbólica ya estaba ahí cuando llegamos.

Y esa es la parte más profunda e importante de todo este choro que, a mi al menos, me costó muchos años entender con todas sus implicaciones:

"Sencillamente, las cosas ya eran así cuando llegamos."

lunes, 4 de enero de 2021

Bitcoin no debería existir


Bitcoin no debería existir. 

 Como tecnología, es una verdadera joya. Es el resultado final de cientos de años de acumulación de conocimientos matemáticos y tecnológicos para crear el primer activo digital escaso y descentralizado. Sin embargo, los que debaten en redes sociales a favor de bitcoin intentan por todos los medios que dicho debate no se desvíe hacia terrenos demasiado espinosos. Y es que la propia existencia de bitcoin es un reto a los sesgos y cosmovisiones de la mayoría de las personas: A bitcoin no le importa si nuestras universidades y hospitales se van a quedar sin financiamiento público, que por algo se hizo inconfiscable. No le importa si nuestras agencias anti-lavado de dinero y demás reguladores no están de acuerdo con el uso inmoral que algunos actores le puedan llegar a dar, que por algo se hizo descentralizado. Bitcoin no nació dentro del sistema, no está alineado con los valores del corporativismo rancio y la democracia esclerótica que han dado forma a Occidente durante las últimas décadas, pero tampoco con el "move fast and break things" de la cultura entrepreneur que nació en Sillicon Valley.

 
 Bitcoin fue creado por los cypherpunks: criptoanarquistas, radicales, centrados en la privacidad y el anonimato del individuo (pero la visibilidad y transparencia del gobierno) y defensores de la separación entre el dinero y el Estado (¡sacrilegio!). Fue creado para minar (a qué grado, lo sabremos en algunos años) los dos pilares financieros de los gobiernos: los impuestos y la inflación, con los que se financian guerras y genocidios, sí, pero también hospitales y vacunas. 

 Hay muchas cosas que están mal en el mundo, y hay otros foros y espacios mas adecuados para denunciarlas. Pero para la vida que tenemos fuera del anonimato de internet, no va muy bien hablar de gobiernos genocidas, el asqueroso sistema fiat, el camino al fascismo que está tomando occidente, y cómo bitcoin tiene el potencial para cambiar todo eso (sí, sí, llevándose entre las patas nuestro alumbrado público y nuestras carreteras). Otros segmentos de la población tendrán sus propios sesgos y cosmovisiones, pero si hay algo común en prácticamente todos ellos es esto: nacieron... o más bien, nacimos dentro del sistema, es lo único que conocemos y no tenemos razones para pensar que somos cómplices de un sistema injusto, que no estamos a solamente un par de leyes más o un par de elecciones democráticas más para resolver todos nuestros problemas, o que las cosas podrían ser y funcionar de maneras radicalmente distintas (y mejores) a como son actualmente. 

 Por eso la mayoría de las personas aún no se explican (ni se explicarán por muchos años) el ascenso meteórico que bitcoin ha tenido, mucho menos el potencial que aún tiene para que su precio (su métrica más llamativa, pero la menos relevante en términos de su naturaleza) siga multiplicandose. Creen que bitcoin es una burbuja que estallará y desaparecerá en cualquier momento porque, en términos de lo que saben y la visión que tienen del mundo, una cosa así no tiene cabida en la sociedad actual. Desde la propia burbuja de privilegio de los valores democráticos y de lo políticamente correcto, bitcoin no debería existir, no tiene razones legítimas para existir más allá de las expectativas de ganancias fáciles y rápidas, y por lo tanto no tendríamos por qué estar hablando de esta mugre en LinkedIn, como no hablamos de flores de la abundancia u otras estafas piramidales. 

 Y sin embargo, existe, y sigue existiendo. Y conforme su adopción (y su precio) aumenta, se vuelve cada vez más difícil no verlo. 

 La realidad, que muchos de sus defensores intentan ignorar (algunos quizá la ignoran genuinamente), es que bitcoin fue creado por los enemigos del statu quo. Cuando el primer nodo se puso en marcha y el bloque génesis fue minado, la suerte ya había sido echada. Su objetivo desde el principio fue claro: chocar de frente con las viejas estructuras de poder. Nadie puede saber cuál será el resultado de ese choque, pero puede fácilmente poner patas pa'rriba muchas cosas y meter en problemas serios a muchos gobiernos y, por lo tanto, también a muchas personas. 

 Por eso es divertido (en el buen sentido) ver a los colegas pro-bitcoin en esta red social haciendo su mejor esfuerzo por defenderlo, pero sin agitar demasiado las aguas, intentando mantener a bitcoin dentro de la narrativa de las innovaciones buena onda como uber o airbnb, que han facilitado la vida a muchas personas (y hecho millonarios a quienes apostaron por ello en sus etapas tempranas) con daños colaterales prácticamente inexistentes. Bitcoin esta en un nivel totalmente diferente: promete cambiar el mundo no de manera estética, sino sistémica, y beneficiar a los early adopters mientras diluye totalmente el poder adquisitivo de todos aquellos que, ya sea por desconocimiento o por obstinación, hayan decidido mantenerse al margen (aunque para ser justos, esto no será culpa de bitcoin, sino de los gobiernos y su política del money printer go brrr). Y el debate, al que le rehuyen la mayoría de sus defensores, es si ese cambio, que será en un principio doloroso y hasta injusto para muchos, será al final para bien (spoiler: será para bien). 

 Defender esta tecnología sin estar dispuesto a hablar de todos los daños colaterales que pueda llegar a generar es como intentar defender los primeros automóviles haciendo todo lo posible por negar el cambio tan radical que este nuevo medio de transporte podía traer a los paisajes, la planeación urbana, la economía y el modo de vida de las personas, así como los millones de kilómetros de carreteras, infraestructura e industrias que se tendrían que construir alrededor de este invento, con los estratosféricos costos asociados que hubieran hecho pensar a cualquier persona de aquellas épocas con un mínimo de sentido común, que aquel nuevo invento era un sinsentido objetivamente inviable. Los pro-bitcoin easy going insistirán en que no hay por qué alarmarse, que bitcoin puede adaptarse al mundo, como si hubiéramos esperado que el automóvil se adaptara a los caminos de terracería y los paisajes rurales del siglo XVIII. La realidad es bien distinta: bitcoin no va a pedirle permiso a nadie. Si triunfa, no va a ser gracias a un cambio de perspectiva de sus detractores o a que estos piadosamente hayan decidido asignarle un espacio dentro de las estructuras actuales, sino a pesar de la feroz lucha que estos tarde o temprano tendrán que presentar (y es probable que ya no falte mucho tiempo para ello), en un desesperado intento de que el mundo se quede quieto de una maldita vez y que las cosas se mantengan como ellos felizmente las conocían (el sueño de todo boomer desde los albores de la humanidad). Las apuestas son altas, porque si al final no logran destruirlo y bitcoin gana, entonces al igual que lo que vimos con la pólvora, la máquina de vapor, los automóviles y el internet, bitcoin no será el que se adapte al mundo. Va a ser el mundo el que, a marchas forzadas y hasta a regañadientes, tendrá que adaptarse a bitcoin. 

 En fin, no me hagan mucho caso. Esto solo ha sido pensar en voz alta, jugar un rato al abogado del diablo. No crean que yo defiendo a esos locos anarquistas que quieren quitarnos nuestras carreteras. Democracia bien, anarquismo mal. Pero ya cambiando un poco de tema... ¿han visto los rendimientos de bitcoin este año? ¡Y también pueden donar a ONG's con bitcoin! Ah y no se pierdan nuestro siguiente artículo: Cómo pagar impuestos sobre las ganancias en bitcoin y seguir ayudando a financiar la educación pública y a nuestros profesores universitarios (Dios bendiga a esos sujetos).