domingo, 22 de julio de 2012

El ateísmo también es una falacia.


Triste, pero es así. Seamos absolutamente racionales y veamos qué conclusiones podemos hacer. Recordemos que el principal argumento en contra de la religión es "no puedes demostrar que Dios existe". El problema es cuando el religioso dice "tú tampoco puedes demostrar que no existe" y ahí es cuando saltamos de nuestros asientos y decimos que demostrar su no existencia no nos toca a nosotros.

Bien, eso es cierto, pero ha sido malinterpretado. Pensemos por un momento que ya no es de la existencia de Dios de lo que estamos hablando, sino de una proposición cualquiera P. La lógica del religioso es la siguiente:

- P es verdadera.
- Demuéstralo.
- Tú no podrías demostrar que P es falsa, por lo tanto, P es verdadera.

Evidentemente, ha habido un argumento falaz, conocido formalmente como falacia ad ignorantiam (se apela a la ignorancia), y es invalido, por lo que de este argumento no se puede concluir que P es verdadero. Pero ahora veamos la lógica del ateo.

- Yo digo que P es verdadera.
- Demuestralo.
- No puedo.
- Tu no puedes demostrar que P es verdadera, por lo tanto, P es falsa.

Ahora ya no suena tan bien este argumento, ¿verdad? De hecho, es exactamente el mismo tipo de falacia que en el primer ejemplo, esto es, se apela a la ignorancia del interlocutor para demostrar una proposición (en este caso, la proposición es ¬P, la negación de P). Que sea una negación no hace ninguna diferencia, después de todo, podríamos llamar Q a la negación de P (Q=¬P), y tendríamos exactamente la misma lógica que en el primer ejemplo. Al final, "Dios existe" puede verse también como la negación de "Dios no existe", de modo que ambas se pueden ver como negaciones (o afirmaciones) de una proposición que se desea demostrar o refutar.

Bien, ¿donde ha estado el problema? El problema esta en que la demostración de una proposición SIEMPRE le toca al que la hace. El siguiente es un argumento válido:

- No voy a apoyar aceptar tu proposición P, porque no puedes demostrar que P es verdadera (es decir, no voy a aceptar la existencia de Dioses, porque no puedes demostrar que Dios existe).

Pero noten que esto también aplica con ¬P (negación de P):

- Yo no puedo demostrar que ¬P es verdadero, por lo tanto, no podemos decir que P es falso (es decir, yo no puedo demostrar que Dios no existe, por lo tanto, no puedo tomar partido por dicha proposición).

Suena indignante a que no podamos decir que Dios no existe, pero tiene sentido si consideramos los siguientes ejemplos:

1. Jaime Mausan nunca ha podido demostrar la existencia de extraterrestres. ¿Es eso razón suficiente para defender a capa y espada que los extraterrestres no existen?

2. Tu vecino no te ha mostrado al mapache que vive en su casa. ¿Apostarías un millon de pesos a que no hay un mapache viviendo en casa del vecino?

3. No podemos demostrar que la función Z de Riemann tiene una infinidad de ceros no triviales con parte real igual a 1/2. Por lo tanto, ¿afirmamos que existe una cantidad finita? (este problema es mejor conocido como hipótesis de Riemann, y es hipótesis, porque no hemos podido demostrar ni la afirmación, ni la negación, de modo que no tomamos partido por ninguna de las dos).

Como científicos (y matemáticos) no podemos tomar partido, y es por eso que lo único que podemos hacer es declarar ignorancia frente a un hecho del que no podemos demostrar verdad o falsedad. No puedo decir que los extraterrestres no existen, porque nunca he visto uno, pero tampoco puedo asegurar que hay vida ahí afuera. Debemos reunir más información. El primer paso para encontrar la verdad es declarar ignorancia. La ciencia no ha progresado tanto gracias a gente que dice "no sé a que se deba esto, por lo tanto DEBE SER POR ESTO, ESTO Y ESTO". Si no sabes, entonces debes reunir más información antes de hacer afirmaciones (o negaciones) concluyentes.

Notemos que no hay ningún problema en tener creencias e hipótesis. Las hipótesis son la primera aproximación en la búsqueda de la verdad, y por lo tanto son sanas, siempre que busquemos la manera de fundamentarlas y no nos quedemos con la hipótesis como verdad absoluta. Está bien decir "yo creo que Dios no existe", y desde luego, podría haber una demostración bien fundamentada de esto. Pero dicha demostración no puede basarse en las argumentaciones dadas al principio. Quebrar la lógica nunca puede actuar en beneficio de la ciencia.

Lamentablemente, demostrar inexistencia es lo más difícil del mundo, incluso en las matemáticas. Demostrar existencia es relativamente sencillo, simplemente basta con encontrar un ejemplo que cumpla la condición (¡mira, aquí hay un alienígena!). ¿Pero como hacemos para demostrar que no existe un solo planeta en el universo aparte del nuestro, con capacidad de albergar vida? La única forma sería visitar cada planeta del universo, y encontrarlo vacío.

El ateísmo como una negación de la existencia de Dios es, por lo tanto, casi igual de ilógico que la religión (digo casi porque, en la vida real, la negación de existencia suele tener un poco más de peso, aunque formalmente sean exactamente iguales). Lo que es indudable, es que ser ateo, también requiere renunciar a la lógica en favor de una creencia no fundamentada.

En ese sentido, el agnosticismo esta mucho más apegado a la ciencia que el ateísmo. Lo dicho: triste, pero es así.


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