viernes, 15 de junio de 2012

Derecho, Ley, Moral y Yo Soy 132.


Todos tenemos más o menos idea de lo que es derecho, ley y moral. Hablamos del derecho a la salud, el derecho al trabajo, el derecho a la seguridad, etc. A menudo usamos el término de manera tan irresponsable que olvidamos lo que verdaderamente representa tener un derecho. Y así hicimos un monton de leyes que nos garantizaran cada vez más derechos, incluso cuando algunos de los derechos entraban en abierta contradicción con otros. Aclaremos algunas cosas sobre dichos conceptos.

Derecho es aquello que permite al ser humano vivir como tal. Entre una manada de hienas no puede existir derecho, así como tampoco puede hacerlo entre un grupo de hombres salvajes sin lenguaje. Es el hombre racional el que le da significado a la palabra, y del mismo modo, es el derecho el que permite vivir al hombre racional, esto es, al ser humano. Existe un solo derecho que es natural al ser humano, por ser su causa y sustento: el derecho a la vida. Cualquier otro derecho debe ser un simple apéndice de éste.

La ley es la interpretación práctica del derecho, existe para garantizar su cumplimiento, nunca para condicionarlo ni contradecirlo. Robar es delito, porque atenta contra la vida, y atenta contra la vida porque un ser humano no puede vivir si no le es posible disponer de aquello que produce.

Ley no es necesariamente igual a Derecho. La ley te puede decir que tienes permitido tener un arma y asaltar a individuos desarmados para despojarlos de su propiedad, o que tienes permitido matar a tu mujer si te ha sido infiel, pero eso no quiere decir que tengas el derecho a hacerlo. Quien defiende la ley, pero no el derecho, no tardará en vivir y morir bajo la tiranía que él mismo ha creado. La tiranía es ley sin derecho.

Moral es la aceptación individual del derecho, es el reconocimiento de que hay un juez que nunca podrá ser engañado o sobornado: la conciencia. Es la convicción de que violar el derecho de los demás es tan aberrante como violar el propio.

Por la propia naturaleza del derecho, éste es irrevocable, no puede serle arrebatado a nadie que no lo haya violentado antes. De este modo, la violencia física solo es permisible cuando es en respuesta a quien intenta atacar el derecho de terceros. Iniciar la violencia física va contra el derecho a la vida, y quien lo hace es un criminal, sin importar cuan justa y noble sea su causa.

La amenaza de la violencia es también una violación al derecho natural, pues un ser humano no puede vivir a menos que tenga la capacidad de tomar libremente las decisiones que él mismo considera más acertadas para mantener y mejorar su vida. Obtener algo de una persona mediante la amenaza de violencia física, es exactamente igual que obtenerlo mediante la violencia física sin más: quien apunta un arma es un violento y un criminal, jale o no el gatillo.

Pero tener derecho a la vida no quiere decir que los demás tienen que salvarte, simplemente que nadie puede iniciar contra ti la violencia. Si decidiste (o tuviste la mala suerte de) tirarte de un tercer piso y quedas gravemente herido, nadie está obligado a rescatarte. La mayor protección que puedes tener contra agresores es vivir en una isla desierta, pero en una isla desierta no habrá nadie para rescatarte de tus propias decisiones o incluso de la mala suerte.

Si aceptamos que todos tienen derecho a su vida, y que amenazar o iniciar la violencia para apoderarse de la propiedad de otros es una acción criminal venga de quien venga, entonces la institución del impuesto (bienes que se deben ceder obligatoriamente al gobierno) es criminal. El derecho natural no hace excepciones, ni excusa a ciertos rufianes solo porque se autoproclaman defensores del ciudadano. Si el derecho a la vida es natural, entonces los gobiernos, que se basan en limitar y violentar constantemente dicho derecho, son simplemente antinaturales y criminales.

Ahora miremos a nuestros amigos del movimiento Yo Soy 132, en abierta campaña por apoderarse del monopolio de la violencia, que como ya dijimos, solo sirve para limitar y violentar el derecho a la vida. Esos jóvenes, que se dicen informados jamás manipulados, no tienen problema alguno en apuntarte con un arma, siempre que lo hagan por métodos legales, esto es, obteniendo el arma democraticamente. Defensores de la ley, pero no del derecho, no van a tardar en tener lo que realmente estaban buscando. Y es que cuando el ser humano abandona el derecho natural, abandona también su humanidad, y debe regresar a los métodos de los animales. Y cuando volvemos a los métodos de los animales, no es el ser más razonable el que gana, ni el más virtuoso, ni el más honesto, ni siquiera el que tiene el mayor número se seguidores, sino el más corrupto, violento y tramposo.

Ahora harán una pataleta porque el sistema corrupto del que querían apoderarse, resultó que fue tomado por gente más corrupta que ellos. ¿De verdad tienen derecho a indignarse? No. Recordemos que entre animales no existen los derechos. ¿Querían saber por qué el mundo avanza tan rápidamente hacia el salvajismo? Pues ahí lo tienen, siéntanse orgullosos.

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