lunes, 23 de mayo de 2011

Visit Cuetzalan

Tenia que anotar el nombre en algún lado antes de que se me olvidara, y qué mejor que mi blog para que el mundo pueda verlo. El viajecito de el último fin de semana fue nada mas ni nada menos que a Cuetzalan, pueblo mágico... Cuetzalan, en Puebla, cerca de... Libres, asi se llama, no estoy loco. Pero antes de hablar de nuestra aventura, conozcamos un poco más esta ciudad.

Según un guia local que amablemente se ofreció a darnos un tour el último dia de nuestra estancia (saludos a don Delfino, si anda viendo esta entrada), Cuetzalan viene del nahuatl que significa "lugar de cuetzales", no confundir con los quetzales, pues mientras que, éstos últimos son conocidos por todo mundo (y por lo tanto ya no provocan sensación), don Delfino dice que los cuetzales son un ave bien distinta. Y muy esquiva, pues por más que he buscado en google no la encuentro por ningún lado, aunque tampoco sería de extrañar, pues en Cuetzalan, ademas de cuetzales, habita toda clase de fauna esquiva como los duendes (lo dice don Delfino, no yo), que les dá por robar a los borrachos sus zapatos, pero no nos desviemos del tema. El chiste es que Cuetzalan era un lugar rico en artes y ciencias, hasta la llegada de los españoles que lo transformaron en un lugar a secas.

La cosa siguió así hasta hace unos pocos años, cuando los turistas comenzaron a llegar atraidos por la vida indígena más o menos bien conservada y la naturaleza que también resistió bien el paso del tiempo. Yo creía que fuera de Guadalajara, Monterrey y la ciudad de México, el resto de los poblados en el país eran mugres pueblos bicicleteros, pero me equivoqué de cabo a rabo. Y es que Cuetzalan, si nos ponemos exigentes, se queda nada más como mugre pueblo, pues debido a las calles tan empinadas bicicletero no resulta ser, pero bueno, sigue siendo un gran destino para pasar un fin de semana, pues aparte de todas las cosas bonitas que ya hemos dicho, bajo Cuetzalan corre un sistema de rios subterraneos de 35 km de extension. Cuenta con cascadas, acantilados y muchas cosas para vivir diversiones extremas.

El clima esta bien. Fuimos a mediados de mayo y la niebla no dejó ver el sol ni una sola vez durante todo el fin de semana que estuvimos. Le daba un aire tipo silent hill muy bonito, y gracias a ello el calor no estaba de muerte, aunque sí hacia un poco, por la humedad.

El pueblito esta cotorro, tienen un cementerio con lapidas para todos los gustos. Lo que me gustó mucho es que sus gobernantes planearon con cuidado la ciudad y se preocuparon por que los visitantes se fueran contentos con la iglesia que, como no podía ser de otra forma, es la única construcción digna de mención en todo el pueblo. Total, que si les gusta el gótico, una parte de la catedral es gótica. Si les gusta el románico, también hay una parte románica, y en general, si les gusta el estilo X, alguna parte de la catedral esta construida con ése mismo estilo. Creo que con esa iglesia se creó todo un nuevo genero arquitectónico, el genero grotesco. Ahora mismo edito una entrada en la wikipedia sobre eso. Otra cosa interesante de la arquitectura del lugar es que sus calles están empedradas con mármol, según algunas versiones. No sé la verdad si sea mármol, pero de que están resbalosas eso sí. Me acordé de las calles cubiertas de oro de los Simpson, donde los carros iban y se derrapaban debido a la falta de fricción. Agreguen la lluvia y la humedad constantes y tienen una receta perfecta para que los autos no suban las empinadas pendientes. Se sacaron un 10.

Cuetzalan también tiene sus propias ruinas arqueológicas, ya no me acuerdo cómo se llaman, pero son básicamente unas piedras apiladas con formas que más o menos recuerdan a la de una piramide y así. No se lo pierdan. La comida es, eso sí, deliciosa. La garnacha estándar de la zona es el tlayoyo, que es como un tlacoyo, nada más que más pequeño y más relleno. El resto de la comida es más o menos la típica mexicana, pero eso no le quita lo buena.

Ya fuera de que el pueblo no tiene mucho rescatable, lo que sí estuvo muy bien es la aventura en los alrededores, pues ya con las cavernas y eso tiene diversión garantizada para un fin de semana... y raspones, pero eso es parte de la diversión. Por supuesto, todo sale bastante barato, de modo que si quieren salir un fin de semana y no saben a donde, pues vayan a Cuetzalan, y ya ahí pregunten por don Delfino, hombre ilustrado en el campo de las artes, la historia, la política y la ciencia. Igual les habla de los duendes que de la teoría de la relatividad y de Osama bin Laden, nada más porque mi madre no me dejó, pero yo me lo hubiera traído a la ciudad para hacerlo mi gurú personal.

El viaje es de entre 4 y 6 horas, dependiendo de la ruta y de la prisa que lleven. Casi nada, yo me he quedado en periferico más tiempo que eso, de modo que no desaprovechen. Nomás no se emborrachen, o si lo hacen no despeguen el ojo de sus zapatos, y todo irá bien. Hasta la próxima entrada.

1 comentario: