domingo, 27 de mayo de 2012

Wirikuta no se vende, se ama y... ¿se defiende?



Wirikuta Fest fue un evento en el que se presentaron varias bandas. Yo nada más iba por ver a Café Tacuba (se rifaron, como siempre), Caifanes (bien), Julieta Venegas (bien) y otros más. De Calle 13 me siguen cagando sus canciones, pero en vivo la verdad tienen algo que te entran ganas de mover también las manos como mafioso y sentirte muy malo. En fin, ya estando allá me enteré de el verdadero motivo de Wirikuta Fest, y si no lo saben, pues de eso venía a hablarles.


Wirikuta es uno de los sitios más sagrados de los Huicholes, que obviamente quieren y respetan mucho a su tierra. Bueno, hago una corrección: esa tierra donde han vivido toda la vida, que es su hogar y sustento, y que quieren y respetan, en realidad no es suya, es del gobierno. El gobierno es el dueño de todo el territorio nacional, ¿recuerdan? Por si fuera poco, ese titulo que te acredita como dueño de una casa o de un terreno, el gobierno se lo puede pasar por los cojones en nombre del siempre ambiguo "beneficio público". Era lo que queríamos, que nuestros derechos fueran condicionados al beneficio público, con lo que estaríamos protegidos de los capitalistas cabrones ansiosos de botín. Y todos salimos a festejar el poder que le dimos al gobierno y dijimos muy orgullosos que eramos estudiantes informados jamás manipulados. Bueno, el caso es que el gobierno dijo que en este caso, "beneficio público" era regalar Wirikuta a unas compañías mineras canadienses (es decir, a los capitalistas cabrones y avariciosos de los que en principio nos tenían que proteger) para que llenaran de hoyos el lugar más sagrado de los Huicholes en busca de oro. Ya saben, progreso.


De modo que Rubén Albarran & friends organizaron el Wiricuta fest para expresar su desacuerdo con todo este asunto del gobierno regalando tierras que no son suyas (bueno, que sí son suyas, pero no deberían serlo); y sí, regalandola, porque oficialmente, el gobierno, lo que se dice el gobierno, no recibió un solo peso (habría que ver en la nómina de las mineras a cuantos políticos forraron de billetes). El chiste es que con el Wirikuta Fest protestaban por la canallada y de paso convivían y educaban un poco a la banda sobre este asunto. En los discursos oí varias veces denuncias a los capitalistas de mierda. Yo supongo que los micrófonos y demás equipo electrónico eran hechos en casa, de manufactura Huichola. Pero total, en ningún momento dijeron nada parecido a "oigan, que el gobierno pueda violentar el derecho a la propiedad privada es algo muy peligroso, los gobiernos no deberían poder hacer eso".


De hecho, los amigos progresistas suelen decir que el derecho es una dádiva que te da el gobierno, y que no es inviolable. Es decir, que tienes derecho a tu propiedad en tanto el "Bienestar Público" no requiera quitarte ese derecho (lo que le quita inmediatamente su cualidad de derecho). Como ejemplo práctico, ahí tenemos a Wirikuta. Según los progresitas, los Huicholes teniiiiian derecho a su tierra, pero según nuestro presidente Felipe Calderón a quien elegimos democráticamente (ah, ahora sí jode la democracia, ¿verdad? esperen a que llegue el EPNdejo), la explotación minera de Wirikuta es, claaaaramente en beneficio público (no preguntes), de modo que el gobierno dice que los amigos indios se pueden ir a la chingada... bien... ¿de que nos estábamos quejando?


Ah sí, ¡que el gobierno está actuando como nosotros le permitimos legalmente que actuara! ¡necesitamos gobiernos más grandes que se encarguen de las corporaciones! ¡wirikuta no se vende, se ama y se defiende!


El caso es, que si la propiedad privada fuera un derecho inviolable como la vida misma, y el gobierno se limitara a proteger al individuo del crimen (incluida la invasión de propiedad privada, venga de quien venga), sin tener injerencia alguna en la redistribución de bienes y propiedades, entonces los Huicholes no estarían pasando todo este penoso asunto, porque esa tierra sería suya; tan absoluta e irremediablemente suya que podrían quemarla o venderla a 1 peso a las mineras canadienses, si así lo quisieran, pero que no lo harían, porque saben que esa tierra tiene para ellos un valor en términos económicos que las mineras no podrían igualar ni ahorrando un millon de años. Esas tierras serían tan endemoniadamente suyas que toda una multinacional con todo el dinero del mundo no podría entrar impunemente a hacer hoyos en esas tierras, porque al ser la propiedad privada un derecho tan fundamental e inviolable como la vida y la libertad, sería considerado un asunto tan grave como si esa empresa hubiera entrado a wirikuta a matar y violar Huicholes.


Y ya sin poder comprar esas tierras, a los capitalistas cabrones no les quedaría más que joderse e ir a otro lugar del mundo a hacer sus agujeros en el piso, probablemente algún país donde sí puedan usar para sus fines a una puta pandilla de mafiosos armados declarándose legítimos soberanos de nuestra vida y nuestras propiedades, o sea, el gobierno, sea de izquierdas, de derechas o de lo que a uno en su inspiración del momento le haya dado la puta gana de elegir democráticamente.


Bien, el chiste es que yo no tengo nada contra Rubén, Roco y demás artistas que hacen un honesto esfuerzo por mejorar el mundo. Pero ver como usan sus mejores esfuerzos contra ellos mismos, para fortalecer un sistema hecho por los explotadores y para los explotadores, me hace llorar más que cuando tocaron el Baile y el Salón. Y no, yo no creo que los Huicholes vayan a ganar esta batalla. Están luchando contra una institución que en términos prácticos tiene a 50 millones de mexicanos trabajando para ella (¿no le quita el 50% del salario a los 100 millones de mexicanos?).


Pero venga, cuando hayan terminado con los Huicholes, cuando hayan masacrado a sus líderes, cuando esos indios vean las grúas y la dinamita entrando a su lugar más sagrado, no olviden culpar a los capitalistas cabrones que nos llevaron a esto, mientras le abren su cartera y sus corazones a la institución que le regaló a las mineras los terrenos, pero que en su universo paralelo trabaja para ustedes: el gobierno.


Y pues si, lamentablemente para los Huicholes, Wirikuta no se vende: te la regala el gobierno si eres amigo.

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