jueves, 11 de febrero de 2010

Tan inocentes las ovejas.

Ayer recibí un correo electrónico por lo más curioso. ¿El motivo? Dar a conocer el horror de país que tenemos por culpa del PAN y particularmente de Calderón. De como un país que estaba mas o menos con los priistas de repente empezó a estar mal, y de como se necesita un cambio urgente... ajá.

Pues claro, a esos subhombres que tan acostumbrados están a hablar mal del partido del gobierno en turno y pasan por alto el otro 66% de la situación les falta la inteligencia para reconocer el problema y el valor para señalar a los verdaderos responsables. Siendo tontos y cobardes ¿que podemos esperar de ellos mas que correos idiotas?.

Recuerdan con nostalgia cuando el PRI mantenía bien tapada la cloaca, cuando podían dar mordidas sin sentir culpa, cuando podían ir a comprar su carro a los EUA sin resentir el desempleo, cuando ir a las casillas a votar era una manera divertida de expresar su alineación política (claro, votaban siempre por el mismo partido), cuando el PRI robaba, pero sabía gobernar. Metidos de lleno en la autocomplacencia, el destino de repente les arrojó en la cara el fruto de sus actos y ahora, enfrentando la cruda realidad, simplemente no saben que hacer. Y como lo mas difícil del mundo siempre ha sido decir "me equivoqué", ahora su deporte favorito es buscar responsables de su desgracia. Hoy, asustados en sus casas, están incluso dispuestos a que vengan los propios cascos azules. Cosas de la vida, donde antes había un recalcitrante nacionalista hoy hay un gatito asustado dispuesto a lo que sea con tal de que lo rescaten.

Lo mejor de todo es que incluso teniendo el problema enfrente se niegan a abrir los ojos y ver la realidad. Y la realidad es que hay una camarilla de imbéciles y corruptos que gobierna el país. Una camarilla que irónicamente no tiene partido y que está perfectamente organizada para seguir secuestrando a nuestra nación: hoy, los partidos políticos se sienten los amos y debido a esto han perdido toda vergüenza, manejando este país basados en caprichos y rencillas políticas. Siento mucha pena por esas inocentes ovejas que los defienden a capa y espada (a uno solo a la vez, por supuesto), mientras ellos se dedican a vaciarles los bolsillos. Al final quién tiene la culpa, ¿los partidos políticos o nosotros que los dejamos instalarse?

Yo ya no me molesto por esos correos. Que sigan ladrando los pobres diablos. Que sigan sintiéndose con derecho a protestar y que no se preocupen que, como siempre, serán otros los que resuelvan los problemas del país (si se resuelven). De las generaciones formadas durante el priismo no podemos esperar nada mas que verborrea nauseabunda. El cambio a un mejor país corresponde a las nuevas generaciones. Sobre nosotros, los jóvenes, recae la responsabilidad de formar una verdadera ciudadanía y sacar a patadas a esos bastardos del fofo triunvirato que nos gobierna. Y si queremos hacerlo más nos vale dejar las viejas fórmulas y los discursos tontos. PRI, PAN y PRD están bien organizados, pero como dijo Michael Moore, si algo ofrece esperanza es que en una democracia nuestro voto cuenta lo mismo que el de cualquier diputado: UNO. Y nosotros somos más que ellos.


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